miércoles, noviembre 14, 2007

Nuestra Información, Mundo Globalizado o Peligro de Nuestra Seguridad

El 28 de marzo del 2006, escuché en CNN que había una oferta de dos mil millones de dólares para comprar el sitio de internet "Facebook", sitio que había sido fundado por un estudiante de la Universidad de Harvard para permitirle a sus usuarios administrar sus relaciones universitarias, comunicarse e intercambiar información con sus amigos.

2mil millones es mucho dinero y la mayoría de nosotros no habíamos siquiera escuchado la palabra, "Facebook".

Inmediatamente me inscribí en Facebook y para mi sorpresa cuando me preguntaron que eligiera el colegio al que había asistido, encontré en el Menú al "Colegio San Agustín". Como el sitio te pregunta en que año te graduaste, el mismo te avisa cada vez que hay un nuevo usuario que se graduó en el mismo colegio y sobre todo te avisa cuando es alguien que se graduó el mismo año que tú. En este momento había 385 panameños en inscritos en el sitio y la mayoría eran jóvenes que estudiaban en el extranjero y sus respectivas parejas, ya que era una manera económica de comunicarse y compartir fotos.

Desde este momento todos los días me llegan anuncios vía correo electrónico de amigos con los que tenía más de 15 años de haber perdido contacto con su dirección, teléfono y sobre todo, fotos de su familia y amigos.

Hoy en día soy miembro de la red de ex-alumnos del Colegio San Agustín, de los graduandos de 1989, de la Universidad a la que asistí entre otros. El día de ayer ya había 33,000 personas inscritas en la comunidad o red de personas de Panamá. Como pueden ver el crecimiento es sorprendente.


Si ustedes pasan una tarde en el Centro Comercial y se les acerca un extraño y les pido su nombre, dirección, gustos, hobbies y copia de sus fotos y la de sus hijos, estoy seguro que se van a resistir, de hecho van a sospechar y lo más probable es que algunos precavidos le comenten el incidente a los oficiales de seguridad.

Sin embargo hoy en día nuestros hijos y en muchos casos nosotros mismos estamos publicando de forma periódica esta información en sitios como Facebook. De hecho yo había decidido no publicar fotos en mi cuenta de Facebook por preocupaciones de privacidad pero el otro día hice una búsqueda y encontré un sinfín de fotos relacionadas a mi nombre, todas ellas publicadas por mis familiares y amigos. No solo habían fotos y datos de mi persona sino también de mi esposa e hijos. Esto quiere decir que no depende de mí que mi información sea pública.

En las últimas reuniones sociales a las que he asistido, las discusiones sobre la creciente preocupación en el tema de privacidad es tan o más frecuente que el famoso manual de educación sexual. Tenemos a los extremistas que le pretenden quitar las computadoras a sus hijos, a los confiados que están seguros que sus hijos no lo van a usar y a los neófitos que se limitan a decir que no entienden nada.

¿Será posible aislar a nuestros hijos de esta amenaza a su privacidad?
¿Será posible administrar lo que se publica de nosotros?
¿Será posible controlar quién tiene acceso a nuestra información?

No soy un experto en el tema pero todo pareciera indicar que la respuesta a estas preguntas en un rotundo NO.

Todo avance tecnológico trae sus beneficio y sus riesgos, típicamente al inicio hay un enfoque en los beneficios y no es hasta que los riesgos y amenazas son evidentes que nos empezamos a preocupar por ellos. Cuando salieron los primeros automóviles de motor no existía gran preocupación por la contaminación ambiental, o el impacto ecológico por la construcción de calles. Cuando salió el televisor nadie estaba preocupado por el contenido de los programas o la adicción al mismo.

A nosotros solo nos queda la responsabilidad de analizar este y otros avances tecnológicos para ver como afectan nuestra vida y la de nuestros seres queridos. Muy probablemente el arma más efectiva que tengamos es el tipo de relación que tenemos con ellos.