jueves, enero 25, 2007

Si Requiere Esfuerzo, No Lo Hago!

Quisiera que me acompañaran ubicandose en los siguientes escenarios:
Escenario 1:
Imagínense que están acostados en la cama pasadas las 4 de la tarde de un sábado y pasan por televisión un programa de cocina que muestra como se hace un plato de comida el cual con solo mirarlo genera un deseo incontenible de tenerlo de cena esa misma noche.
Muy rapidamente empezamos a pensar que para que esto ocurra tendríamos que pararnos de la cama, dirigirnos a uno o dos supermercados para poder comprar todos los ingredientes necesarios.
Una vez que lleguen a la casa después de haber pasado media hora en el tráfico tendrían que dedicarle 1.5 horas de su tiempo a preparar la tan deliciosa comida que habían visto en televisión. Empiezan a pensar que lo más probable es que ni se vea ni sepa igual a la que tanto desean y sobre todo que si en efecto llevan a cabo tan desgastante tarea tendrían que limpiar los platos al final del día.
Es en este momento que se despierta de este sueño que rapidamente se ha convertido en pesadilla y se da cuenta que tiene el teléfono en la mano y la persona del otro lado le pregunta insistentemente …de que tamaño me dijo que quería la pizza?

Escenario No. 2
Ahora supongamos que no le gusta cocinar por lo que nunca se vería en la situación del escenario 1, pero que si tiene un carro y que lo conduce diariamente. Imagínese que su tan presiado medio de transporte no tiene un medidor de nivel de gasolina en su arcaico tablero. En su lugar tiene una varilla cómo las que se usan para medir el nivel de aceite en los carros.
Usted tan responsable y preocupado por el nivel de gasolina de su automovil ya que no quiere que el mismo lo deje tirado en la calle, se baja cada hora a sacar la varilla que está dentro del tanque de gasolina y mira que tan alto está mojada para determinar si necesita poner más gasolina o no.
Los más disciplinados terminarían rapidamente tomando la decisión de poner gasolina cada vez que se montan en el carro y se olvidan de efectuar tan tediosa medición. Los más confiados creeran que pueden llevar el conteo mental de la cantidad de kilómetros por galón que consume el automovil y poder calcular cuando deben llenar el tanque.
Los primeros dedicarán horas mensuales en filas de espera para poder llenar su tanque cada vez que se suban al auto y los segundos se quedarán muchas veces al mes tirados en la calle.

El Efecto
Es una realidad que la mayoría de nosotros frente a una situación que no es indispensable pero deseable y que requiere de algún tipo de esfuerzo, terminamos no llevándola acabo. Hacer dieta, hacer ejercicio, aprender un nuevo idioma, leer un libro son algunos ejemplos de la vida diaria que terminamos no haciendo.
El Problema
El problema de no darle crédito a este “efecto” o aceptar que existe, es que muchas veces nos rendimos después de haber tomado la “firme decisión” de hacer lo que nos habíamos propuesto. Esto es un problema porque terminamos haciendo inversiones o haciendo cosas irreversibles que no vamos a poder sacarle provecho. Un ejemplo sería tomar la decisión de empezar a hacer ejercicio, pagar el gimnasio por 3 meses para obtener el mejor paquete y solo ir dos veces al mes. (¿suena familiar?)
Si usaramos el ejemplo de hacer ejercicios, sería mejor ir al parque 3 veces por semana y solo darle una vuelta, después de 1 mes de estar haciendo esto podríamos ir 4 veces por semana y darle 2 vueltas. Para el tercer mes puede empezar a tener sentido ir a un gimnasio.

El Valor debe Exceder el Esfuerzo
Hace unos meses me solicitaron que diera una presentación a un grupo de Trabajadores de la Información sobre los problemas que enfrentan y las oportunidades que el futuro les depara. Mientras pensaba sobre el tema pensé que sería de gran valor para la audiencia saber cuanto tiempo les cuesta no utilizar debidamente las herramientas como el e-mail, blogs, etc. La mejor forma sería haciendoles una encuesta a los invitados analizar sus respuestas, el problema era que la presentación era en dos días.
Fue en este momento que utilizé una herramienta para encuestas en línea (http://www.elliance.com/Products/ennectSurvey.asp), creé la encuesta (5minutos) y la envié a la lista de invitados. En la primera hora el 20% de los encuestados habían respondido y la tendencia de las respuesta no varió despues de ahí. Al final contestaron el 40% de los invitados a participar lo cual es una muestra que se puede considerar como representativa.
La realidad es que si yo no hubiera tenido esta herramienta, el valor de hacerlo con tecnicas tradicionales (2 semanas encuestando al 5% de los invitados) nunca hubiera exedido el esfuerzo necesario y por consiguiente hubiera terminado no haciendo la encuesta.
Las Preguntas
La pregunta que esta reflexión debería genera es: ¿Cuántas iniciativas, proyectos, negocios empiezo ha hacer y en el camino me doy cuenta que el esfuerzo requerido es mayor de lo que habíamos pensado y dejamos de hacerlo? ¿Cuántas cosas deseables no indispensable no hago porque el esfuerzo de hacerlas es superior al valor que pueden brindar? De igual forma ¿Cuántas de estas cosas deseables no indispensables tienen alternativas para llevarse acabo de forma que el esfuerzo requerido sea menor que el valor que pueden brindar? ¿Qué ventaja competitiva podría tener si empiezan ha hacer lo que otros consideran que requiere mucho esfuerzo pero para ustedes solo toma 5 minutos?

Conclusión
Todo aquello que requiera más esfuerzo que el valor que percibimos que nos brinda vamos a terminar no haciendolo o empezandolo a hacer y no terminándolo (muchas veces a un precio muy alto.
Siempre hay que buscar procesos, herramientas o expertos que puedan permitirnos hacer las cosas con el menor esfuerzo posible.
Debemos empezar pequeño para poder entender el esfuerzo requerido y el valor real que se puede lograr de forma que podamos decidir que hacer y que no.

1 comentario:

Miguel dijo...

Interesante blog

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